Seguramente los manifestantes que se acercaron hasta el Centro Educativo Miguel Contreras de Los Ángeles para reclamar al presidente Barack Obama una rápida reforma migratoria se fueron decepcionados por no escucharle decir una palabra sobre el tema.
Obama vendió esperanza al hablar de la crisis económica.Al interior del recinto, frente a una platea colmada de ciudadanos comunes que consiguieron sus entradas en un sorteo organizado por la Casa Blanca, Obama dedicó el encuentro a explicarle más que nada a los californianos qué hay para ellos en el presupuesto que enviará al Congreso.
En un estado con el mayor costo de vida del país, donde una de cada 10 personas está sin trabajo, donde el precio de las propiedades cayó un 20% y los remates judiciales de viviendas representan un tercio del total nacional, no era de extrañar que el empleo y el mercado inmobiliario dominaran el encuentro.
Pero al menos, al iniciar su discurso -flanqueado por el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, y el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa- Obama repitió su ya consagrado "Sí se puede", esta vez en español.
En una ciudad donde el 40% de los habitantes se remiten a un origen hispano, eso también podía esperarse.
"No necesito decirles que son tiempos difíciles. Ustedes lo saben. Y no les puedo decir cuánto tiempo nos llevará arreglarlo. Pero les prometo que habrá mejores días en el futuro", les dijo el presidente.