El alirón del Barcelona tendrá que esperar al menos unos días tras un nuevo triunfo del Real Madrid (6-2), el milésimo de su historia como local, con un festival goleador liderado por Cristiano Ronaldo ante un Málaga que pagó caro jugar en inferioridad numérica durante 69 minutos el día que el Bernabéu dio la espalda a José Mourinho.
Los últimos partidos de la temporada han empezado antes del pitido inicial del colegiado. La afición es un termómetro que mide el enfado con José Mourinho. Su final ruidoso en salas de prensa atacando a emblemas del club ha provocado que los seguidores, que hace poco le idolatraban, no se lo perdonen. Le dedicaron la pitada más sonora en sus tres años como entrenador.