Se ha convertido en un héroe sin desearlo. En Kiev le paran por la calle, le estrechan la mano y le saludan. En el resto del mundo su rostro también empieza a ser familiar. Y es que la tenacidad y las palabras de Volodymyr Parasiuk , un joven de 26 años de Lviv, provocaron la caída de Yanukovich, el presidente que se había agarrado al poder los últimos tres meses ante una oposición que pedía su marcha.
Después de una noche en vela, los opositores por fin habían alcanzado un acuerdo con el Gobierno, que cumplía muchas de las demandas que exigían. Durante las negociaciones también estaban representantes europeos. Yanukovich se quedaría en el poder hasta diciembre,momento en el que serían convocadas unas nuevas elecciones.
Pero este pacto, que no había sido aceptado aún por el Maidán (la plaza), murió en apenas unas horas, concretamente las que necesitó Parasiuk para dirigirse a los manifestantes de la plaza de la Independencia en un emotivo discurso que no dejó indiferente a nadie.
Con su cara aniñada y cogiendo con resolución el micrófono, les recordó a todos los presentes las muertes que se habían producido en los días anteriores –más de 80-, la brutal represión que habían sufrido, y también lo difícil que había sido desafiar durante más de tres meses a un gobierno que cada vez coartaba más sus libertades.