La periodista Jacqueline Fowks reeditó este año su libro Chichapolitik, donde describe la relación de la prensa con Fujimori en las elecciones generales del año 2000. En esta entrevista conversamos sobre los aún vivos métodos ‘montesinistas’, los candidatos presidenciales, el
CNM y, por supuesto, el caso
Nadine Heredia.
¿Cuál es su análisis del momento político?
No me preocupan solo los partidos políticos, sino todo el aparato del Estado, como lo que pasó estos días con el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). Es un órgano que nombra, destituye y evalúa jueces y fiscales, y tanto el Poder Judicial como la Fiscalía han estado pasando por momentos difíciles, porque algunos sectores han sido vinculados con mafias como la de Orellana. Por otro lado, en los partidos políticos no son lo suficientemente transparentes acerca de dónde vienen los fondos con los que hacen campaña o qué les permite mantenerse como organizaciones políticas. En el Apra está el reciente vínculo con Oropeza y el lastre de los narcoindultos; en el fujimorismo no sabemos bien con qué fondos se están moviendo. Lo mismo con Acuña, quien en el norte ha becado a una gran cantidad de periodistas y sus familiares, una manera de irse haciendo de una red que le facilite el camino.
Y recientemente, de forma extraña, se agotó muy temprano la edición del norte de Perú21 que contenía una entrevista a la ex esposa de Acuña.
Es un comportamiento que ocurría cuando existía el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), que mandaba a comprar los ejemplares de los diarios opositores.
¿César Acuña es “un lobo disfrazado de oveja”, como dijo su ex esposa Rosa Núñez en esa edición que se agotó?
Yo no le veo la piel de oveja, ojalá tuviera eso. Yo veo a un señor que no tiene ninguna vergüenza en decir que no lee. Más bien, es un político temerario, que no puede transparentar sus cuentas.
¿No le parece que en cuanto a partidos políticos y políticos estamos peor que antes?
Cuando escucho a Mulder, yo diría que estamos peor. Cuando descubrimos las conexiones entre congresistas con negocios ilegales, diría que estamos peor. Lo que está más fuerte es cómo lo ilegal ha penetrado en la política formal. No es casual que en el Congreso haya una comisión que investiga el vínculo entre el narcotráfico y la política.
Ese vínculo entre la política y el narcotráfico aún pasa por agua tibia, ¿no?
Sí. Incluso, desde lo más alto del poder parece no haber suficiente preocupación porque gran parte de la economía del Perú sea ilegal. Esa plata es la que circula y con la que vemos una gran cantidad de construcciones y negocios.
Plata con la que muchos comen.
Sí. Mueve la economía. Precisamente, esta semana el caricaturista Carlín señaló que las personas votan con lógica. Si es que hay una gran cantidad de gente que es empleada por Acuña en su red de universidades, para que mantengan sus trabajos votarán por él. Es una pena que no haya el contrapeso suficiente para esos caminos irregulares.